12º, lluvia y viento helado, así fue la llegada al aeropuerto de Bilbao. Aunque pensar que iba a mejorar, intentando ser positivo, la cosa se complica más, hasta el punto de plantearme no.
hacer el triatlón, a pesar de saber que el momento de forma es bueno o muy bueno.
Dinámica y rutina de competir, preparar material y sin pensarlo demasiado estoy en la línea de salida. Dorsal 7, que con el rolling start no me da tiempo a ser consciente del momento de salir y empezar la competición.
Natación, de las peores que recuerdo, motivo? La desconexión mental que tenía por el clima … sí, lo paso muy mal con el frío. Transición, lluvia, viento y frío, seguimos … en «modo supervivencia» hasta el km 30, donde la referencia de Fernando Barroso y César Pereira, hace que en ese momento, cuando llevaba ya 1h10′ de competición entre en carrera mentalmente , pero con la prioridad de no caer y llegar a la T2 Transición, con frío, no siento los pies, empiezo a correr y poco a poco entro en calor. Ritmo crucero de 3’46 ” -3’48 ” hasta el km 11, a pesar de estar bien físicamente me pasa.
factura el frío y bajo el ritmo unos 6 o 7 segundos por km. Meta, y sin tiempo para pensar mucho, directamente en el hotel donde paso momentos realmente malos (fatiga, temblores, …) y momentos agradables (llamar a la familia y un baño de 30 minutos).
Deje Bilbao con la sensación de no poder rendir al 100%, me gusta tener toda la situación controlada, circulación en área de transición, calentar con garantías, visión general, etc. y no fue posible, mi mente me jugó una mala pasada, sin embargo di lo que tenía ese día, y sobre todo, disfruté como el primer día. Así que seguimos con la esperanza de cerrar temporada en Sevilla!
Y el Covid19? Pues alteró la normalidad, sí, pero hay que ser consciente de qué es la normalidad ahora mismo, y si queremos competir, como lo tenemos que hacer.