Tengo que reconocer que el triatlón me tiene enganchado, y van unos cuantos años (empecé en el 94). Si compito en Bilbao MD, que salvo lesión o problema mayor, así lo haré, será mi 16º año consecutivo compitiendo en élite nacional, en alguna de sus modalidades, no se con exactitud cuántos campeonatos de España, ya que algunas temporadas hice duatlón, triatlón sprint, olímpico y acuatlón, pero desde 2007 lo hago como élite.
Conseguí hacer unas marcas, con las que hice mis pinitos autonómicos y buenos resultados nacionales. Llegué a nadar los 1500m en 18’46”, mover 367w en 20’ para mis 68kg y correr 5km homologados en 15’43”, y todo ello con dedicación, pasión y cierto grado de “estar flipado”, pero siempre con los pies en el suelo. Por cierto, estos datos hoy en día sirven para ser uno más en la salida en corta distancia, rozando con algo de suerte top30 en un campeonato nacional.
Me gusta sacar mis 15h semanales, aunque tenga que madrugar, salir con altas/bajas temperaturas o adaptarme a mi familia por estar de vacaciones. Ahora con 2 niños, una mujer flexible que vivió mis 27 a 30h/semana y un entrenador y amigo que sabe leer entre líneas, consigo estar a un nivel, que me permite poder llegar a todo en mi vida, aunque reconozco que unas cosas con más ímpetu que otras. Y algo está cambiando cuando más allá del resultado o posición final, me gusta valorar mi rendimiento, comparando conmigo mismo los datos y sobretodo, valorar lo que sigo haciendo.
No recuerdo muy bien si en mis mejores años deportivos, lo llegué a disfrutar, supongo que si, y mucho, pero recuerdo entrar en una dinámica resultadista, donde una posición u otra iba a determinar mi satisfacción en mayor o menor medida. Cruzar la meta y pensar en mejorar la posición en la siguiente carrera. Nunca me gustaron “los pollos” y siempre he competido en pruebas de cierto nivel, pero con la dinámica resultadista. Los tiempos cambian, las prioridades, las motivaciones, … yo sigo enganchado a entrenar, y ahora si, sabiendo que disfruto cada uno de los días que salgo a entrenar y a competir, compartiendo siempre que puedo, con mis amigos y compañeros de club y con la posición final en un segundo plano.
¡A por otras 28 temporadas más!